jueves, 28 de marzo de 2013

En un callejón sin salida.

Despertando con un  millón de emociones nuevas, con el corazón envuelto en la bruma de la culpabilidad y el agobio y soñar que nada a pasado. Desear con todas las fuerzas reducir el daño por ambas partes y saber que por mucho que lo edulcores apenas se amortiguará el dolor.




Para quien no  haya sufrido estas penas alguna vez diré que es  más agradable que te  rompan el corazón que romperlo, aunque claro está ninguna de estas situaciones es para nada fácil y extremadamente doloroso.Es como si una parte del alma se desprendiera y se fuera junto el corazón de la otra persona y  creedeme cuando os digo que tarda en regenerarse .La única forma de superarlo es reorganizar tus sentimientos y tratar de sujetar las riendas de la vida tan firmemente como sea posible.


Quien haya pensado que iba a escribir un discursito de más de mil palabras estaba equivocado y lamento la desilusión.Necesitaba desahogarme tras estás semanas de agobio y estrés y aún sigo confusa, nunca había  sentido unas emociones tan intensas  y podría decirse  que no soy una persona muy habilidosa a la hora de mostrar mis emociones y menos al plasmarlas con palabras.